TRABAJANDO EN EMERGENCIA.

TRABAJANDO EN EMERGENCIA.
#QueNadieSeQuedeFuera #Coronavirus #COVID-19
  • Fecha: 23-07-2020
  • Ángela Ludeña


Cuando llegó (en algunos casos de golpe, en otros casos de forma anunciada) la pandemia del virus COVID-19, provocó una crisis a nivel mundial que cambió por completo el mundo en el que vivimos. La forma de educación, los trabajos, las costumbres, las rutinas… Todo cambió. Se llegó a paralizar el país y prácticamente el mundo. De pronto, se ponía en valor a profesionales que antes poco se valoraban, personas sintiendo a lo largo del mundo emociones muy similares, se rompen barreras y las personas se unen más que nunca. Se crean iniciativas solidarias, personas ayudando a otras personas que no se conocen de nada y aparentemente no tienen nada en común, excepto la vulnerabilidad al virus. Ya que, si algo importante nos ha enseñado este virus, ha sido que todos y todas somos susceptibles, que no distingue de etnia, color de piel, país, nivel económico, sexo, género, cultura o religión; ya que todas las personas somos iguales.

Desde mi trabajo como agente de intervención en Educación para el Desarrollo, me encuentro por primera vez con una emergencia en mi comunidad Castellanomanchega tradicional, mi lugar de origen. He tenido que enfrentarme a la realidad de vivir y trabajar en esta situación desde mi comunidad, lo que ha supuesto ver y sentir muy de cerca la cara más amarga de la crisis que estamos aún viviendo, y la parte más deshumanizada: personas muriendo solas, sin identificar, personas siendo rechazadas únicamente porque su trabajo era intentar salvar la vida de otras personas…  Y por supuesto, las consecuencias tan terribles que han ocasionado a las personas más vulnerables: familias desesperadas, sin trabajo, sin poder cubrir las necesidades básicas de sus hijos e hijas; niños, niñas y adolescentes con grandes dificultades para poder continuar su formación por falta de herramientas tecnológicas necesarias y de conocimiento de ellas, que ven su futuro cada vez más incierto, viviendo situaciones de estrés, violencia, ansiedad, conflictos intrafamiliares, frustración, agobio, incertidumbre, etc. 

En intervención, qué importante es mostrarse cercano con las personas, para lograr empatizar y que la persona se sienta comprendida y apoyada. Con el cambio de comportamientos sociales que implican el distanciamiento, es necesario evolucionar como profesional, lograr decir más con los ojos que con la boca, algo que estoy segura que hemos conseguido observando la gratitud y confianza que se ha generado con las personas a las que hemos atendido. 

Trabajar directamente con niños, niñas y adolescentes y sus familias en la emergencia, ha supuesto para mí un antes y un después en mi experiencia profesional. He vivido junto a ellos y ellas de primera mano todas las emociones que se han ido generando durante los momentos más difíciles. Además, como profesional que, a la vez como persona estaba viviendo la misma situación de emergencia que ellos, sintiendo la misma cadena de sentimientos y emociones en mi propia piel, preocupada por el futuro igual que ellos, he sido capaz de mostrar la parte más humana, empatizando, encontrándome con muchas dificultades en el camino para lograr que no se vulneren los derechos de los niños, niñas y adolescentes. Toda la labor realizada y que aún queda por realizar, ha sido posible gracias al trabajo en equipo, a la colaboración de otras entidades, administraciones públicas, centros educativos y a la cooperación de todos y todas los y las profesionales que con los que hemos trabajado codo con codo.

Aún queda mucho camino por recorrer y muchas incertidumbres sobre qué nos depara el futuro, pero gracias al trabajo tan cercano que se ha hecho desde PROYECTO SOLIDARIO en colaboración con PLAN INTERNACIONAL, hoy, después de enfrentarme al trabajo en emergencia, formando yo parte de la misma emergencia, soy capaz de decir que Juntos Somos Fuertes, y que Juntos conseguiremos que #NadieSeQuedeFuera. 

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